17:00 hasta las 18:00
‘La hora del Cuento’: La foca friolera

‘La hora del Cuento’: La foca friolera

Como cada viernes, el próximo 3 de marzo, la Biblioteca Municipal Bartolomé José Gallardo pone en marcha para los más pequeños ‘La Hora del Cuento’. Esta semana la protagonista será una simpática foca que quiere irse a vivir a un sitio donde haga más calor. ¡Os esperamos a todos y todas en la Biblioteca Municipal ‘Bartolomé José Gallardo’ de 17:00 a 18:30 horas del viernes!

La Biblioteca ‘Bartolomé José Gallardo’ nos trae una nueva sesión de la ‘Hora del Cuento”. Para esta ocasión el cuento elegido es “El gran lío del pulpo”. Una fábula sobre la timidez y la importancia de superarla para encontrar amigos.

La autora del cuento es Eva María Rodríguez. En esta ocasión se trasladará a los pequeños valores como saber escuchar, la ilusión por los proyecto y el tesón para conseguirlos. La protagonista del cuento es una pequeña foca que quiere dejar el hogar donde vive para buscar climas más cálidos.

CUENTO

La foca friolera

Había una vez una pequeña foca muy friolera que quería dejar el Polo Norte para irse a vivir a un lugar más cálido. Todo el mundo se reía de ella, porque ¿dónde iba a irse ella, con lo lejos que estaban de las zonas de calor?

-Eres una foca, y las focas viven en el Polo Norte -le decía su mamá-. Tendrás que acostumbrarte, como todas las demás.

-Pero yo quiero ir en busca de calor -decía la pequeña foca. Pero su madre siempre acababa la conversación de la misma manera.

-¡Que no! Este es tu sitio, ¡Y punto! No irás a ningún sitio, porque lo digo yo

Un helador día de verano -porque en el Polo Norte hace frío incluso en verano-, cuando el hielo ya se había derretido en el mar, la pequeña foca decidió escaparse e ir en busca de un lugar más calentito. Pero al poco de salir tuvo que darse la vuelta, pues un enorme monstruo intentó comérsela.

-¿Qué era eso? -se preguntó la foca-. Ya podía haberme avisado mi madre de que había animales tan grandes y tan hambrientos por ahí.

-Era una ballena -le dijo un charrán que pasaba por allí.

-¡Pues sí que era grande la ballena! -dijo la foca-. Gracias, amigo pájaro.

Al día siguiente, la pequeña foca se fue sin que la vieran a buscar otra playa de hielo por la que huir. Pero enseguida tuvo que volver, pues aparecieron unos extraños animales a dos patas que portaban extraños artilugios. A poco estuvieron de verla. Menos mal que se dio cuenta y se dio la vuelta a tiempo.

-¿Qué era eso? -se preguntó una vez más la foca.

-Cazadores furtivos -le dijo el charrán, que andaba por allí.

-¿Me estás siguiendo? -preguntó la foca.

-No, pequeña foca, no -contestó el pájaro-. Solo sobrevolaba la zona y he visto lo que ha pasado. ¿Es que tu madre no te he contado los peligros que hay ahí fuera?

-Mi madre es una mandona que no me comprende -dijo la foca. Y se fue por donde había venido, dejando al charrán con la palabra en el pico.

Al día siguiente, la foca volvió a intentar escapar por el mar. Pero esta vez esperó a la noche, pensando que así ningún depredador ni cazador la vería. Pero lo que no vio la pequeña foca fue al oso polar que la estaba siguiendo y que se había lanzado al agua para cazarla.

Estaba a punto de alcanzarla cuando la foca, por eso de que le entró nostalgia por dejar su casa, se dio la vuelta y lo vio venir. Reaccionó enseguida y se escapó por los pelos.

La pequeña foca llegó a casa, toda abatida. Su madre le preguntó qué había pasado. La foca le contestó:

-Pues que eso de que el que la sigue la consigue es un cuento tonto. Por perseguir mi sueño casi me come una ballena, casi me atrapan unos cazadores furtivos y por poco me come un bicho blanco y peludo.

-¿Un oso polar? -preguntó su madre.

-¿Cómo voy a saberlo, si te pasas el día mandando y refunfuñando? -dijo la pequeña foca.

-Si obecedieras….

-Si me explicaras las cosas….

-Tú tienes que hacer lo que yo digo.

-¿Por qué? Porque lo dices tu, ¿no?

-Porque yo soy más mayor y sé lo que te conviene.

-Pues explícame eso, porque yo tengo mucho frío y lo único en lo que puedo pensar es en irme de aquí.

La mamá foca abrazó a su pequeña hija y le habló de todos los peligros que le esperaban fuera, de por qué no podría sobrevivir en un clima cálido y sobre lo importante que era escuchar a los mayores, que tienen más experiencia de la vida.

-Entonces, ¿nunca conseguiré mi sueño? -preguntó la pequeña foca.

-Hay sueños que están fuera de nuestro alcance por nuestra propia naturaleza -dijo la mamá foca-. Pero, si aún así quieres intentarlo, debes pensar más en lo que hacer y conocer mejor los peligros y las dificultades a las que te enfrentas.

-Gracias por explicármelo, mami -dijo la pequeña foca-. Ya sé lo que haré.

-¿Qué harás?

-¡Construir un barco! ¿Qué otra cosa si no? Tengo un amigo charrán que seguro que me echa una mano.

Fuente: https://campanario.es/evento/la-hora-del-cuento-la-foca-friolera/
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