N/D
Ciclo 'Visiones Contemporáneas': Maddi Barber

Ciclo "Visiones Contemporáneas": Maddi Barber

De martes a viernes, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 hrs. Sábados, domingos y festivos de 12:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00 hrs.

Maddi Barber

Visiones Contemporáneas

Comisariada por Playtime Audiovisuales.

En 2021, Visiones Contemporáneas, últimas tendencias en el cine y vídeo en España, proyecto comisariado por Playtime Audiovisuales para el DA2 - Domus Artium 2002, llega a su novena edición. Comenzamos la temporada con el vigesimoquinto ciclo expositivo, dedicado a la cineasta y antropóloga visual, Maddi Barber.

Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad del País Vasco, realizó un máster en Antropología Visual en The Granada Centre de la Universidad de Mánchester. En 2015 fue invitada a participar en el programa Zinergentziak #15, impulsado por Territorios y Fronteras y el festival Zinebi de Bilbao, donde codirigió la película colectiva Distantziak que supuso su arranque como realizadora. En 2018, realizó el cortometraje Yours Truly junto a Christopher Murray y Charlotte Hoskins, donde se sigue el camino recorrido por las piezas taxidérmicas incorporadas a la colección del Museo de Mánchester, durante los siglos XIX y XX. Un año después daría el salto como cineasta en solitario.

Lacabe en Navarra, el territorio que habita, la tradición y la cultura popular son parte fundamental de su trabajo. Barber nos muestra de manera minuciosa la resiliencia del mundo rural y la fuerza de la colectividad, frente al individualismo capitalista.

Sus películas conectan al espectador con la naturaleza y la necesidad de cuidar el paisaje, generando otros vínculos posibles a nivel económico y político, donde cobran importancia los cuidados y el respeto hacia el entorno. Todo este mensaje se ve envuelto en unas imágenes poéticas, cercanas al realismo mágico y la narrativa etnográfica, en el campo de la no ficción.

Para este ciclo hemos seleccionado sus tres obras más significativas: 592 Metroz Goiti, Urpean Lurra y Gorria. Sus películas, han sido seleccionadas en festivales internacionales como el festival de cine de San Sebastián, Visions du Réel (Suiza), Ji.hlava (República Checa), Porto Post Doc (Portugal), Festival Punto de Vista de Pamplona o DocumentaMadrid. Esta será la primera vez que su trabajo se presente en Salamanca.

OBRAS

592 Metroz Goiti (592 metros). Sonido. Color. Digital. 2018. 25min.

Un mapa, un territorio dibujado, un paisaje y un lugar en el mundo. El sentido de pertenencia a un territorio que ya no está pero que queda en el recuerdo de quienes lo habitaron. En las laderas del Pirineo navarro, la construcción de la presa de Itoiz en la década de 1990 inundó siete pueblos y tres reservas naturales protegidas. La construcción causó una gran polémica debido al impacto medioambiental, a día de hoy se teme incluso que repercuta en el cambio climático y se produzcan movimientos sísmicos.

Una franja de tierra desnuda a la altura de la cota 592 traza hoy una línea divisoria en el paisaje. Por debajo de la cota, el agua, por encima, la vida continúa resiliente.

Quienes quedaron son responsables de compartir el relato, a la manera de la tradición oral, de los juglares y cuentacuentos, de recordar las luchas vecinales y de mostrar a las más jóvenes la belleza del lugar para que no se pierda.

Maddi Barber nace, vive y forma parte también de este territorio. A la hora de narrar esta película, queda reflejado el amor que siente hacia esos paisajes que la rodean, deteniéndose con su cámara en los animales, en el flujo de la vida y la muerte que conforman todo el ciclo de la naturaleza. En dar voz también a quienes cuidan de esos paisajes, de esa flora y fauna tan autóctonas. Barber filma con delicadeza y con la pausa adecuada a ese mundo rural, tan lejos, tan cerca, de nuestras bulliciosas ciudades y nos confirma que otras formas de vida son posibles.

La canción del grupo folk Koiuntura titulada “Irati”, que se escucha al final, condensa toda esa emoción desbordada de un lugar en el que la vida continúa pero que se vio condicionada por la propia acción del hombre en favor, únicamente, del triste factor económico: “Mira pequeña, el viento que sopla, hoy hace viento, viento del Norte. Los buitres vuelan dejan su sombra en los verdes sembrados. Las Nutrias se bañan en burbujas de plata, burbujas de plata y de hielo. Y hay doce ardillas mirando al alba mirando como te quiero. Bajo la tierra navega el Urrobi, porque es tímido y no quiere que le vean. Bajo la tierra duerme mí padre, en esta tierra está mi pasado”.

Urpean Lurra (Tierra bajo el Agua). Sonido. Color. Digital. 2019. 50min.

En esta película, Maddi Barber regresa a la construcción de la presa de Itoiz, pero si en su anterior trabajo 592 Metroz Goiti contaba desde el presente, ahora el relato toma una dimensión histórica y más política complementando la obra anterior.

Formalmente destaca el montaje en paralelo, pero en continuo diálogo. Por un lado, con el registro en vídeo doméstico que grabó el grupo ecologista y activista “Solidari@s con Itoiz” durante los años de construcción del embalse y, por otro lado, aparecen los habitantes del lugar en la actualidad, entre ellos la propia directora, describiendo sueños. Una sucesión de historias, en ocasiones pesadillescas, que visibilizan el trauma individual y colectivo al que se vieron sometidos. Unos sueños que evocan una realidad hostil en la que se proyectan miedos y visiones surrealistas que conectan, a través de la mirada de Barber, con elementos concretos del presente. Hay en las imágenes momentos de calma, de espiritualidad, rozando la fantasmagoría, mientras escuchamos esos sueños, esos testimonios. Al ponerlo en común sanan también las heridas.

Con la utilización de las imágenes de archivo, queda en evidencia el desarrollo progresivo de la invasión con la maquinaria para la construcción de la presa, las protestas, los actos de sabotaje y de resistencia, la represión policial y la violencia institucional que se utilizó para poder realizar semejante infraestructura al margen de los deseos de todos los paisanos y de la propia legalidad vigente.

Todo un proceso que acaba con el derribo de edificaciones y el agua invadiendo valles, carreteras y campos en los que ya se ve, progresivamente, desaparecer los árboles. Una mutación y un cambio forzoso que antecede el actual cambio climático. La crítica hacia una construcción imposible de comprender entonces y ahora por esos habitantes que quedan y recuerdan con nostalgia, pero también con rabia, y por nosotros, espectadores, 30 años después, de aquel suceso.

El cine documental sirve aquí como soporte para armar un instrumento sociopolítico, un fuerte artefacto audiovisual que reivindica la memoria histórica. Una película que sirve para combatir el olvido, para homenajear a las víctimas de una agresión perpetrada por los políticos que puede resultar a priori invisible pero que, tras una primera capa de agua, es incapaz de eliminar la lucha y el dolor compartidos, los efectos reales en el paisaje y el condicionamiento de las relaciones personales que se han dado y se seguirán dando en las futuras generaciones. El canto final, enlazado con el último plano, se siente como un suspiro, un lamento de la propia naturaleza.

Gorria (Rojo). Sonido. Color. 16mm transferido a Digital. 2020. 22min.

En 2019, Maddi Barber ganó el reconocido Proyecto X Film en el marco del Festival de cine Punto de Vista, que cuenta en sus bases, el tener que rodarse en Navarra. Ganó con el proyecto Gorria que pudo estrenar justo un año después y para Barber no supuso ningún inconveniente rodar allí, ya que hasta la fecha ha localizado en Navarra todas sus películas, convirtiéndose con su mirada también de antropóloga en una importante documentalista de ese territorio.

“Gorria” significa rojo, el color de la sangre. La obra empieza con la matanza tradicional de un cordero. El color rojo está muy presente en las labores del campo, en una entrevista reciente, la directora contaba como a las ovejas cuyos corderos ya habían sido sacrificados se las pintaba de rojo para distinguirlas del resto del rebaño, un cubo del que bebían las ovejas era rojo, etcétera. Así ella misma se dijo “confía en el rojo”. En euskera, Barber cuenta que “Gorria”no hace referencia solo al color, también se utiliza como adjetivo de diferentes maneras y habla de algo vivo, encarnizado, duro, áspero, intenso, profundo, extremo... Por ejemplo, “negu gorria” se utiliza para hablar de un invierno especialmente crudo.

El uso de película en celuloide además vira a rojo el color, en muchos fragmentos, con lo que carga aún más de valor simbólico al título. El territorio, el mundo rural y sus costumbres siguen estando presentes. No es común poner el foco en los animales, hacerlos protagonistas de una historia y mostrar las distintas relaciones que tenemos con ellos, pudiendo acercar aquí a teorías ecofeministas, nuevas formas de economía posibles y el manifiesto especista escrito por la filósofa norteamericana Donna Haraway, contrario al ecologismo decimonónico.

La película, desde un punto de vista antropológico, remite también al respeto y cuidado entre las especies. Barber plantea cuestiones sobre nuestras relaciones con otros animales y con el entorno. ¿De dónde viene lo que comemos? no es lo mismo cómo se ha respetado y tratado al animal en el contexto de una matanza de pueblo tradicional que en un matadero industrial de una gran ciudad. Desde un punto de vista activista, se trata de cine político, distinto a lo planteado en su film anterior Urpean Lurra donde sí quedaba clara la lucha sociopolítica, pero sin duda la directora toma conciencia y postura con todas sus obras. Es político cómo se mata a los animales, cómo sus cuerpos pasan a ser carne y dejan de ser un cordero para ser alimento.

Ver Gorria y la práctica de la matanza en invierno, hace al espectador no olvidar y reflexionar, sobre la procedencia de un filete o un costillar que adquiere envasado, en un recipiente de plástico totalmente higienizado de un supermercado. El visionado de esta película puede llegar a ser una contradicción, el sacrificio y la muerte de un animal que tiene como fin servir de alimento a otra especie, pero esa violencia intrínseca se desvanece con el cuidado que Barber pone a la hora de planificar, de utilizar el 16mm y llevarnos hacia un relato más onírico, propio de un relato de ficción o una fábula. Hay detalles de una gran belleza en todo el proceso de manipulación de ordeño, esquila o la fabricación de los quesos artesanales. También un recurso poético de las imágenes del valle, los primeros planos de las flores y la luz de cada nuevo día. En esta zona del Valle de Arce de Navarra, el tiempo se detiene y la memoria generacional sigue viva. Destaca formalmente, además de la utilización del soporte cinematográfico, un pormenorizado diseño de sonido, no hay diálogos en esta película, sólo susurros y canciones suaves de los pastores. El viento, el agua que corre y los sonidos de los animales y al final, el rojo del fuego, la celebración y la hoguera como renovación y vuelta a empezar de todo un ciclo.

*Más información en el archivo adjunto

Sala de proyección de la primera planta

Fuente: http://www.fundacionsiglo.es/web/jcyl/FundacionSiglo/es/Plantilla100DetalleFeed/1284235399249/Evento/1285028354224/Comunicacion
Download App iOS
VIRAL App
Download App Android